Las personas que han leído mi trabajo sobre el mundo del espíritu me han preguntado si este tipo de información acerca del color puede ser útil para la curación física. La verdad es que la meditación espiritual como medio para entrar en contacto con nuestro ser interior es muy beneficioso para la salud del cuerpo. Existe una gran variedad de excelentes libros que explican las diversas formas de meditación. Dado que la transmisión del color es la expresión de la energía del alma y de los guías espirituales, quizás deba citar un ejemplo de meditación usando el color. El ejercicio de meditación de seis-pasos que he escogido proviene de una mezcla de propias visualizaciones sugeridas y aquellas de una valerosa mujer de cincuenta y cuatro años de edad con la que trabajé y cuyo peso bajó a sólo sesenta y nueve libras durante su lucha contra un cáncer de ovario. Ella se encuentra en remisión después de quimioterapia y la rapidez de su recuperación no deja de desconcertar a los doctores.
Un buen número de mis pacientes genera una sensación de fortalecimiento espiritual mediante el uso de la meditación con colores. Aquellos que padecen de severos problemas de salud física me dicen que los mejores resultados se logran cuando se medita una vez al día durante treinta minutos o dos veces al día durante quince a veinte minutos. Quiero aclarar que no ofrezco estos pasos de meditación como una cura contra las enfermedades físicas. El poder de la mente de cada persona y su habilidad para concentrarse es diferente, al igual que la naturaleza de su enfermedad. No obstante, creo que el sistema inmunológico puede reactivarse al conectarse con nuestra conciencia más alta.
1. Comience relajando su mente. Perdone a las personas por las acciones reales e imaginarias que le han lastimado. Tómese cinco minutos limpiando donde visualice toda la energía del pensamiento negativo (incluyendo los temores provocados por su enfermedad) representada por el color negro. Piense en una aspiradora moviéndose desde la punta de sus cabellos hasta los dedos de los pies, absorbiendo y expulsando de su cuerpo toda la oscuridad del dolor ocasionado por la enfermedad.
2. Ahora cree una aureola azul clara sobre su cabeza, la cual representará su guía espiritual, a quien invoca por ayuda al tiempo que envía pensamientos de amor. Ahora tómese otros cinco minutos para concentrarse en su respiración mientras cuenta sus aspiraciones. Regule su respiración mientras se concentra en atraer la comodidad y alejar la tensión. La idea es buscar la armonía entre su respiración y el ritmo del cuerpo.
3. En este momento, comience a visualizar su más alta conciencia como un globo blanco-dorado en expansión que le ayuda a proteger su cuerpo. Pronuncie mentalmente las siguientes palabras, "deseo que la parte de mí que es inmortal defienda aquella que es mortal". Ahora inicia la etapa en que requerirá su más profunda concentración. Extraerá del globo la pureza de la luz blanca y la enviará como una emanación de fuerza a los órganos de su cuerpo. Dado que los glóbulos blancos de la sangre representan la fuerza de su sistema inmunológico, visualícelos como burbujas y movilícelos por todo el cuerpo. Piense en los glóbulos blancos atacando a las células cancerígenas, destruyéndolas con el poder de la luz sobre la oscuridad.
4. Si está bajo quimioterapia, complemente este tratamiento enviando color alhucema a todas las partes del cuerpo, como se vería desde una lámpara de calor infrarrojo. Este es el divino color de la sabiduría y el poder espiritual.
5. Ahora envíe el color verde para sanar aquellas células dañadas por el cáncer. Puede mezclar este calor con el azul de su guía espiritual, haciéndolo de manera intermitente durante los períodos más difíciles. Escoja su propia sombra y piense en el verde como un líquido que fluye sanando su interior.
6. El último paso es crear de nuevo la aureola de luz azul alrededor de su cabeza para mantener la fuerza y el valor sobre el debilitado cuerpo. Extiéndalo alrededor de las partes externas del cuerpo como un escudo. Sienta el poder curador de esta luz de amor tanto en su interior como en su exterior. Visualícese a usted mismo en un estado de suspensión y repita unas palabras como "Sane, Sane, Sane".
La meditación como disciplina diaria es un arduo trabajo que paga grandes dividendos. Cada persona debe encontrar un programa que esté acorde a su sistema intelectual y emocional, en un marco que se ajuste a sus necesidades.
La meditación profunda nos lleva a la conciencia divina y a la liberación temporal del alma de la personalidad. Con esta liberación podemos trascender a una diferente realidad no dimensional, donde el enfoque de la mente es unificado en un todo único. La mujer con cáncer de ovario pudo ayudar a sus doctores al lograr una concentración mental que le permitiera soportar la curación de su cuerpo.
Cuando la mente se encuentra en estado puro y centrado, podemos descubrir quienes somos en realidad, aquella esencia que podemos haber perdido en algún momento durante el camino de la vida. La meditación también es benéfica como medio para conectarnos con la presencia de espíritus amorosos.
Extracto de "DESTINO DE LAS ALMAS"
Un eterno crecimiento espiritual
MICHAEL NEWTON Ph.D
No hay comentarios:
Publicar un comentario