Si tu relación con tu mujer está cambiando, no lo impidas. Permítelo, deja que siga su propio curso. Incluso si os tenéis que separar, no te preocupes. Esa mente que se aferra te mantendrá desdichado. ¡Si está cambiando, está cambiando! Disfruta el cambio, disfruta lo nuevo. Recibe lo nuevo, dale la bienvenida. Y pronto verás que si eres capaz de recibir lo nuevo sin ningún aspaviento acerca de lo viejo, tu vida empezará a tener elegancia, gracia, gentileza. Te volverás como una suave flor.
Ése es el momento en que el buscador empieza a bailar. Ése es el momento en que comienza la celebración... Yo digo: el hombre es el animal que celebra. En eso es en lo que se diferencia de todos los demás animales.
¿Pero cómo vas a poder celebrar si te estás aferrando a lo viejo? Entonces vives en una tumba, porque vives en el pasado, vives en lo muerto, y no permites que te llegue la vida. Es como si un rosal se hubiera vuelto adicto a las viejas rosas que están muertas, secas, y siguiera recogiendo esos pétalos que han caído... y tuviera miedo de tener nuevos capullos y nuevas flores, y le tuviera miedo a la primavera.
Ésta es la situación de millones de personas, de la mayoría de las personas: siguen aferrándose a los pétalos muertos, secos. Siguen recogiéndolos, viven en sus recuerdos. Lo llaman nostalgia; es estupidez, nada más.
Un hombre auténtico no tiene nostalgia en absoluto. Nunca mira atrás porque ya no está allí. Vive en el momento y permanece abierto al futuro. El presente es suyo, y el presente le hace capaz de recibir el futuro. Sus puertas están siempre abiertas al viento, a la lluvia, al sol. Es una apertura".
Osho, El secreto de los secretos. Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada
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