Todas las personas reciben de los padres, la educación y formación inicial. Esto es un proceso natural, hombre y mujer que traen hijos a este mundo, deben ser conscientes y disfrutar de esta maravillosa responsabilidad.
Si los padres son alegres y felices, los hijos crecen con la mente alegre.
Si los padres se ayudan recíprocamente y lo hacen con amabilidad, eso es transmitido naturalmente a los hijos, haciendo que su vida sea alegre, feliz y próspera.
Esta actitud mental es propia del Yo Verdadero, es decir de nuestra esencia divina, nosotros somos seres espirituales y la alegría es inherente a nuestra verdadera naturaleza. Es un emprendimiento natural del ser humano.

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