Insistimos en educar a nuestros hijos como si fueran aparatos lógicos que solo necesitan seguir un manual de reglas: nosotros nos pasamos años diciendo lo mismo y ellos repitiendo los mismos fallos.
“Educar no es repetir palabras, es crear ideas, es encantar”
Necesitamos utilizar la creatividad y la sinceridad para llegar a sus emociones, para superar sus expectativas.
“Si educas la inteligencia emocional de tus hijos con elogios cuando esperan un enfado, con aliento cuando esperan una reacción agresiva, con una actitud afectuosa cuando esperan un ataque de rabia, se quedarán encantados y verán en ti a una persona con grandeza. Los padres se vuelven así agentes de cambio.”
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