“Deternerse en el día a día, a mirar, escuchar, sentir, oler, saborear con detenmiento y de forma consciente. Hay que tomarse el tiempo necesario para ver como las nubes cambian de forma. Cerrar los ojos y percibir uno tras otro, los mil sonidos que se pueden escuchar… Meterse en la boca un trozo de chocolate y no tragarlo de golpe, sino dejar que se deshaga lentamente, captando los matices del sabor… ¡La atención es el arte de captar las diferencias más pequeñas!”
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