La palabra deriva del antiguo francés graal, del latín, gradalú, copa, cáliz. En tiempos medievales, el cáliz de esmeralda supuestamente usado por Jesús en la última Cena y luego por José de Arimatea en la Crucifixión para conservar la sangre de las heridas de Jesús.
José lo habría llevado a Inglaterra, pero el cáliz desapareció. Según otras leyendas, fueron los ángeles quienes lo llevaron hasta la cima de una montaña y lo pusieron bajo la vigilancia de un grupo de caballeros. Cuando se le aproximaba alguien que no era puro de conciencia y conducta, el grial desaparecía.
La búsqueda del grial se convirtió en el deseo de la unión mística con Dios y fue tratado en muchas historias de caballería y muy especialmente en las leyen das de los caballeros del rey ARTURO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario