No analice las cosas demasiado minuciosamente. Cuando usted ha terminado la disección de algo vivo, lo ha matado y ya no tiene el objeto que tenía al principio. Tome una rosa, quítele los pétalos, cuéntelos, péselos, mídalos y entonces, cuando haya reunido una información interesante, ya no tendrá la rosa.
Hay un lugar para el análisis, pero el análisis suele ser fatal en la oración y la meditación. No le haga una disección al amor de Dios, siéntalo. No le haga una disección a la Inteligencia Divina, compréndala. Rece más con su corazón, y menos con su cerebro. No se pregunte cómo Dios podrá resolver su problema determinado, limítese a ver como El lo resuelve a Su manera. Ël lo resolverá si usted le da la oportunidad.
Personas exitosas de toda condición actúan muchas veces a través de los sentimientos, sin discutir ni analizar. Cuando el reportero entrevista al “gran hombre” y le pregunta cúal es el secreto de su triunfo, al entrevistado le resulta muy difícil responder. No sabe, simplemente hace lo correcto por que lo siente.
Usted sabe que Dios es Amor. Usted sabe que Dios lo puede todo . Usted sabe que El ayuda cuando usted confía en El. Así que siga adelante sin teorizar mucho.
Recuerde el viejo poema:
Un ciempiés andaba muy contento
Hasta que una rana divertida
Dijo “¿ Cuál pata sigue a cual?”
Y su mente quedó tan confundida
Que en la zanja se detuvo
Sin saber cómo volver a andar.
No sea un ciempiés teórico.
Emmet Fox
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