Cuando alguien está mal, le vemos preocupado o con dificultades, solemos decir que le enviamos luz, amor y energía. En realidad, lo que estamos haciendo, es que a través de nuestra intención, de nuestro deseo, que encuentre las herramientas, los mecanismos que le lleven a dar con la respuesta, solución o bienestar que necesite. Y funciona. Todos estamos conectados entre sí de manera invisible a nuestros ojos pero no a nuestro corazón. Existen carreteras invisibles, conexiones de energía que hacen que ésta se mueva y conectemos con la persona que queremos.
MARÍA EUGENIA
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