Hace algunos años, visitando un zoco en Túnez, mis ojos se fueron hacia una preciosa alfombra persa. El dueño del bazar se dio cuenta enseguida de que me interesaba su alfombra. Pregunté el precio: 8.500 Dinares (unos 5.000 Euros). Le dije que no, que era demasiado cara para mí. Me preguntó cuánto le ofrecía. Como el precio que me había dicho era excesivamente caro, incluso aunque le regatease, le dije que no me interesaba. Estuvimos dando vueltas por el zoco y al cabo de media hora volvimos a pasar por la misma callejuela. El comerciante me reconoció y se acercó. Me dijo: 950 Dinares (unos 600 Euros). Yo le dije “pero si me acabas de pedir 8.500″. El contestó: ¡Eso era antes, esto es ahora!
Hay toda una sabiduría en esa frase: ¡Eso era antes, esto es ahora!
Comprender esta cosa tan sencilla (“¡Eso era antes, esto es ahora!”) es la diferencia entre avanzar o quedarte estático. El mundo avanza a marchas forzadas. Si te paras, el mundo te arrolla.
Comprender esta cosa tan sencilla es la diferencia entre avanzar o quedarte estático.
Fuente: http://www.ricardoros.com
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