Vivir dentro de la justicia es muy difícil. Es muy
difícil porque la mayoría de las personas no somos justas ni
siquiera con nosotros mismos. No hacemos las cosas que
nuestro ser necesita, que nuestro cuerpo necesita, que
nuestra vida emocional requiere. No hacemos las cosas que
espiritual o intelectualmente necesitamos,
Y si no somos justos con nosotros mismos tampoco podemos
ser justos con los demás. Cuando miramos un mundo
exterior de desigualdades, un mundo de hambre, de
enfermedad y de ignorancia como el que tenemos, nos
damos cuenta de que el mago tiene mucho que hacer. Pero
no lograremos de ninguna manera transformar a nadie
mientras nosotros no estemos en proceso real de
transformación.
Porque, si no intentamos nuestra alquimia no
transformaremos al mundo. Muchas veces los padres nos
sentimos tristes porque tenemos algún hijo al cual no hemos
podido ayudar como quisiéramos y vemos que a veces
nuestros hijos, nuestros amigos, nuestros discípulos, siguen
caminos y formas de vida que no son buenos para ellos.
¿Pero qué podemos hacer? No podemos hacer nada
mientras no hagamos nada por nosotros mismos.
Hay un mundo de luz que nos ha sido dado por la ley, que es
el mundo de la sabiduría. El mundo del conocimiento, posee
distintos grados de sabiduría, de conocimiento y del saber. Es
común que la gente se quede en el mundo del saber y no
quiera tener acceso ni a la experiencia ni a la sabiduría.
Mientras vivamos así vamos a estar limitados por nosotros
mismos.
Cuando el alumno le pregunta al mago, una vez responde
una cosa y, la próxima, dice otra. Es así como obliga a su
interlocutor a ejercer el criterio de su propia mente.
El mundo de la magia solamente empieza a ocurrir cuando
nos desatamos y sabemos desatarnos con una ética racional.
En ese momento, sí sabremos entrar en un mundo diferente,
en un mundo que es más grande que el mundo de nosotros
mismos.
de EL LIBRO DE LOS MAGOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario