Todos hablamos de todos;
pero lo que decimos habla de nosotros mismos.
Un oído entrenado escucha claramente el mensaje subyacente en el discurso.
Llevar nuestra atención a lo que decimos de los otros,
puede darnos infinitas señales de nuestras propias necesidades,
frustraciones, anhelos, temores y falencias.
El Maestro que buscamos
está siempre más cerca de lo que pensamos.
Claudia Ariznavarreta.
Aaron Paquette Arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario