Llega un momento en el que ves la futilidad del esfuerzo.
Has hecho todo lo que podías hacer y no está sucediendo nada.
Has hecho todo lo que es humanamente posible.
¿Qué más puedes hacer?
Sintiéndose completamente impotente, uno abandona toda la lucha.
Y el día en el que la búsqueda se detuvo, el día en el que no estaba buscando algo,
el día en el que no estaba esperando que sucediera algo,
comenzó a suceder.
Surgió una nueva energía, de ninguna parte.
No venía de ningún lugar.
Venía de ningún lugar y de todas partes.
Estaba en los árboles, en las rocas, en el cielo, en el sol, en el aire; estaba en todas partes.
Había estado buscando con tanto esfuerzo pensando que estaba muy lejos,
¡y estaba tan cerca y tan próxima!
Los ojos se habían enfocado en la lejanía, en el horizonte,
y habían perdido la capacidad de ver aquello que está justo al lado.
Osho
Autobiografia de un Mistico
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