viernes, 5 de diciembre de 2014

PROMISCUIDAD ESPIRITUAL...♥



Hay muchos tipos de promiscuidad y una de ellas es la espiritual. La mente es frívola por naturaleza. Flirtea sin cesar; cambia; varía; no persiste; no sabe esperar; carece de paciencia; se precipita; espera resultados inmediatos y con el menor esfuerzo y disciplina; tantea; juega; se diversifica y se sale del camino; se hastía; se aburre; no sabe estabilizarse ni, pacientemente, obtener el jugo del método de mejoramiento, con la persistencia y humildad con que la abeja se mantiene en la flor para libar su dulce néctar. La mente, haciendo un juego de palabras, es a menudo la "mentira". Es la farsa, la infinidad de decorados, el carnaval onírico, la sucesión continua de estados cambiantes. Como es muy ansiosa, tiende a dispersarse incluso en la búsqueda del autoconocimiento, ir de aquí para allá, probar muchas doctrinas y tomar lo inesencial por esencial. La mente crea reacciones e ilusiones, engaños y subterfugios sin cesar. Pero si no profundiza en una materia no puede encontrar la esencia para ella misma transformarse. Por eso hay que ejercitarse para gobernada y evitar su tendencia a la dispersión y la promiscuidad. Ésta tiene sus riesgos, porque puede conducir a la servidumbre en lugar de a la libertad. Toda verdadera enseñanza debe caracterizarse por invitar a la virtud, la disciplina mental o meditación y al desarrollo de la sabiduría y lucidez. Toma una vía y síguela; profundiza y conviértela en un mapa espiritual. Al final todas las vías conducen a la vía interior que abre dos ramales: uno hacia la mente y otro hacia el corazón. Son las dos luciérnagas para llegar a la suprema meta, pero muchas personas caminan y caminan en círculo sin avanzar e incluso, como dice el antiguo adagio, se preguntan por qué están a oscuras sin darse cuenta a que están ellas mismas cerrando los ojos a la luz.

Ramiro Calle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario