sábado, 6 de diciembre de 2014

OJO POR OJO Y TODOS ACABAREMOS CIEGOS...♥



Ciertamente el egoísmo es la enfermedad más perniciosa que existe, capaz de destruirlo todo y autodestruir al ser humano. El egoista ambicioso tiene el karma importante y pesado de ser solo él mismo, de recibir todo sin dar nada, de creer que lo merece todo. El egoista se esclaviza y se convierte poco a poco en un solitario con profunda amargura.



El egoísta es aquel que su individualismo le lleva a no pensar en las consecuencias de sus actos, no le importan los sentimientos ajenos, tan sólo los propios. Muchos egoistas son mezquinos, ruines y mentirosos. El egoísta comparte, pues si lo hace deja al descubierto sus vulnerabilidades y miedos, y su mayor miedo es sentir en sus carnes lo que él provoca en los demás. Se deja influenciar fácilmente por la ilusión y la apariencia, se alimenta de las migajas de la sabiduría y, luego, sonríe orgullosamente, creyendo ser un sabelotodo. Manipula constantemente los sentimientos ajenos sin inmutarse por si sufren o no. Es tan sumamente orgulloso que piensa siempre que el egoísmo se encuentra siempre fuera de él y no dentro.




Esta terrible e invisible enfermedad se encuentra por doquier. El individuo que la padece huye constantemente de su propio sufrimiento, negando sus sentimientos, y por tanto, actuando como actúa. Cuando las buenas palabras no funcionan y esta persona no sana, sólo hay una forma para hacerlo sanar: hacerle sentir en sus propias carnes lo que provoca en los demás. Pero cuidado, hay que ser muy cuidadoso, actuar sin violencia, pues sino surgirá en él la venganza. Y como decía Gandhi: “ojo por ojo y todos acabaremos ciegos”.




Esta enfermedad vírica crece sin medida, acabará destruyéndolo todo, y finalmente, destruyendo al ser humano haciéndole sentir culpable.

VÍA REFLEXIONES DIARIAS

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