Nadie –dicen los que más saben- podrá acceder a una magia
si no sabe penetrar los desconocidos territorios del alma
universal. Es la mente universal, el inconsciente colectivo, el
campo morfogenético, la mente total. Pero, ¿Cómo dar el
salto de conciencia si estamos atados, si estamos amarrados?
Si no crees en la magia, nunca podrás ser mago.
Será preciso, primero que nada, aprender a ser libres. Libres
de dudas, del que dirán, libres de prejuicios, de culpas, de
miedos, de dogmas limitantes, de la tiranía del ego; de los
fantasmas mismos que hemos creado. Aprender a ser libres
es ya no tener mas dudas porque hay certeza interior, de lo
que se quiere compartir, y ese proceso no se dará, si no
somos nosotros mismos, si no estamos libres de influencias
que nos hacen dudar, del “que dirán”, porque en una
sociedad compleja como en la que vivimos, el “que dirán”,
para mucha gente, es la santa palabra que se debe seguir. El
aprendiz de mago debe liberarse del prejuicio, porque desde
que se es niño se aprenden prejuicios raciales, religiosos,
sociales y ya no se piensa por sí mismo. Otro, te ha dicho
cómo se debe pensar. Eso es prejuicio.
de EL LIBRO DE LOS MAGOS
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