Haciéndola de madrina de mis ahijados me quedo en su casa para cuidarlos, llega la noche y les doy permiso de dormir en la cama de sus viajeros padres, el niño de seis años no quiere que corra la cortina argumentando que en la oscuridad tiene pesadillas.
-"Recemos" - le invito
"Aunque rece" - responde frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.
-"Al angelito de la guarda"- digo esperanzada. Palabras que a mi ahijado le resultaron como ofensas porque de inmediato salió de las sábanas se paró sobre el colchón y casi llorando me gritó este reclamo:
-"Tres, tengo tres, - extiendió el brazo y representando el número tres con los dedos de su mano prosiguió enojado- tres angelitos de la guarda ¡¡¡¡que no sirven para nada!!!"
Con mis ojos de plato, estallé en carcajadas, jajajaja cómo no, ay qué caray caí en la cuenta de que yo misma empecé buscando una causa exterior a una condición interior, no queda más remedio que justamente remedios mágicos. Ahi es cuando le dije:
"Pues has el conjuro con el que se deshace el miedo".
Me miró intrigado, el pequeño inquisidor se metió de vuelta a las sábanas junto a su hermanita . Mientras proseguí con el procedimiento del conjuro para deshacer el miedo:
"paso número uno --llevar la mano izquierda a la panza,
paso número dos --tomar una respiración que infle la barriga
paso número tres --exhalar señalando con un dedo el dedo índice de la mano derecha y mientras se repite ja-ja-ja-ja, jo-jo-jo, ja-ja-ja-ja, jo-jo-jo, "
La nena que todo el tiempo estuvo muy atenta inició el conjuro y luego del jajaja, jojojo, sigue por si misma incorporando nuevas vocales y términos je-je-je , éjele, újujuju con la consecuente carcajada, que me da la pauta para decirles:
VÍA UN CURSO DE MILAGROS
"La risa expulsa el miedo,
quien rie no tiene nada que temer.El amor perfecto expulsa el miedo
y donde hay risas no hay miedo."
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