martes, 17 de junio de 2014

¿SABES COMO SE DOMESTICA UNA PULGA?...♥

 

Colócala en un frasco y ciérralo. A la pulga no le gusta sentirse presa y comienza a saltar. Salta, golpea en la tapa del frasco y regresa al suelo, salta y golpea varias veces hasta que “llega a la conclusión” de que no sirve de nada y empieza a dar saltos a una altura menor, sin tocar la tapa. En este momento, se puede retirar la tapa del frasco, ya que la pulga no saltará hacia afuera. Su cerebro “se hizo a la idea” de la existencia de una tapa y nunca se dará cuenta de su desaparición.

Al igual que la pulga, nosotros, los seres humanos tenemos una serie de condicionamientos programadosen nuestra mente sin darnos cuenta de ello. Y quiero aclarar, que esto no es un juicio contra el quehacer de los padres, ni mucho menos. Todos educamos desde nuestros propios condicionamientos, muy a menudo sin ser conscientes de ellos. Sólo cuando lo somos, podemos elegir otra forma de hacer. Y aquí quiero decir que “no se puede dar lo que no se tiene”, para subrayar que al ser padres estamos dando todo, también nuestras carencias. Y esto no es censurable, simplemente, ES.

A los siete años es importante que mi madre me enseñe a no cruzar la calle solo, ya que me puede atropellar un coche. Hoy, ya adulto, esto no tendría sentido. Sería un trastorno en mi vida tener que llamar a mi madre cada vez que quiero cruzar la calle. De esta limitación (como si fuese la de la tapa del frasco de la pulga) ya me libré, pero ¿cuántas “tapas” conservo aún en mi vida de las que no soy consciente?¿Cuántas entraron a formar parte de mi estructura junto con las 100.000 veces que me dijeron que “no” en la infancia? ¿A qué me digo “no”, hoy, una y otra vez?

M. Angeles Molina.

Directora y Psicóloga (col. 1642) de PSINERGIA

No hay comentarios:

Publicar un comentario