lunes, 3 de marzo de 2014

¿QUÉ NOS IMPIDE SONREÍR POR LA CALLE?



Franco Soldi

Si quieres cosechar hay que sembrar. El éxito se basa en la perseverancia y la experiencia, pero para obtener experiencia hay que fracasar. Con respecto al amor, es cuestión de perspectiva; el amor se entrega, no se espera. El amor se presenta cuando se da sin esperar respuesta, de otra forma sólo es una faceta del egoísmo. Y la felicidad es una actitud personal ante las circunstancias externas.

En la época de mis abuelos la gente se saludaba por la calle con cariño y caballerosidad. Es muy curioso lo que me pasa cada vez que camino por las calles de Nueva York. ¿Te has fijado que nadie te mira a los ojos? Si te animas a mirar a los ojos a alguien recibirás de seguro dos tipos de respuesta: una sonrisa tímida y temerosa o un cariñoso “what the hell are you looking at”.

Quizás Pink Floyd tenía razón al escribir su canción The Wall, hay muchas razones por las cuales vamos añadiendo another brick on the wall de nuestras vidas, creando un sistema de defensa impenetrable.

Que primordial se ha vuelto para nuestra supervivencia el no confiar en nadie, el ocultar nuestros sentimientos, los cuales consideramos un punto débil. Que importante es aparentar ser “fuerte” para evitar que nos lastimen.

Estamos perdiendo nuestra capacidad de compartir con el mundo y con nosotros mismos lo que sentimos. Somos una sociedad preocupada sólo por lo que nos pasa sin que nos importen los demás, pero esperamos que los demás se interesen por nosotros. ¿Porqué tanta frialdad? ¿porqué tanto miedo?.

Yo les pregunto ¿en dónde radica la fortaleza del ser humano, en su capacidad de ocultar sus sentimientos o en su capacidad de sentir?

Nuestro cerebro es 96% idéntico al de un chimpancé. ¿Acaso nuestros sentimientos, emociones no son una de las diferencias que nos separan de los animales? ¿acaso nuestra capacidad de “razonar” qué sentimos y porqué es una característica importante para considerarnos humanos?. Los animales también sienten tristeza, miedo etc., lo que nos diferencia de ellos es el 4% que nos permite estar conscientes de lo que estamos sintiendo y tener la voluntad de actuar a pesar de lo que sentimos.

Todos buscamos amor pero tenemos miedo de amar, todos buscamos éxito y tenemos miedo al fracaso, todos buscamos felicidad pero queremos que nos caiga del cielo. Si en el universo todo es un balance, es lógico pensar que hay que pagar un precio por cada cosa que queramos en nuestra vida.

Si quieres cosechar hay que sembrar. El éxito se basa en la perseverancia y la experiencia, pero para obtener experiencia hay que fracasar. Con respecto al amor, es cuestión de perspectiva; el amor se entrega, no se espera. El amor se presenta cuando se da sin esperar respuesta, de otra forma sólo es una faceta del egoísmo. Y la felicidad es una actitud personal ante las circunstancias externas.

Somos libres de decidir cómo vivir nuestra vida y sin embargo esperamos que algo la diseñe por nosotros, por supuesto, si ese algo sale mal o falla, alguien más es siempre culpable de lo que nos pasa. ¿Cuándo vamos a ser conscientes de que, como decía Amado Nervo “somos arquitectos de nuestro propio destino”?.

Los Estados Unidos tiene una población en su mayoría de origen anglosajón. Los hispanos estamos a punto de convertirnos en la minoría de mayor influencia en la cultura estadounidense. La alegría es una característica de nuestra gente.

¿Porqué no compartir esa misma alegría sin importar en qué país nos encontremos? ¿porqué no tratamos de revivir los tiempos de nuestros abuelos? ¿Cuándo fue la última vez que le sonreíste a un extraño? ¿cuándo fue la última vez que compartiste tus sentimientos con un ser querido? ¿Hace cuanto que no le dices te quiero a tu pareja, hijo o amigo? El miedo nos lleva a alejarnos de nuestros sentimientos y merma nuestra capacidad de sentir y al dejar de sentir dejamos de ser humanos para convertirnos en “neoyorquinos”.

El miedo va a imperar en nuestra sociedad sólo si nosotros lo permitimos. Sonríe más a tus hijos, grita te quiero a los cuatro vientos, ríe o llora pero siempre busca sentir.

El 90% de nuestros miedos son infundados, le tenemos miedo a lo que creemos que pueda pasar, “la invito al cine pero y si me dice que NO”. Miedo a una situación que no existe y que creamos en nuestras mentes. Un 5% de nuestros miedos son producidos por causas que no podemos cambiar y que son ajenas a nuestro poder. Esto quiere decir que sólo el 5% de nuestros miedos tienen justificación. En muchos de los casos no existe razón alguna para tener miedo.

El miedo es muy sano, el problema se presenta cuando no podemos controlar nuestra mente y nuestros temores. Gracias al miedo corremos de un perro rabioso o buscamos refugio en un huracán lo único que tenemos que aprender es a diferenciar que miedos son reales y que miedos son creados sin fundamento dentro de nuestras cabezas.

Recuerda que está en ti el poder de que el miedo “de hacer” desaparezca y el miedo de “no hacer” sea parte de tu vida. Deja fluir tus emociones y tal vez uno de estos días reciba yo una auténtica sonrisa de tu parte cuando nos crucemos caminando por las calles de Nueva York.



Fuente: http://www.liderazgoymercadeo.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario