Yo siempre grité, me enfurecí, me puse de los nervios, me encolericé, expresé mi furia incontrolada… ,y eso me llevó a sentir más sufrimiento y acrecentar mi cuerpo del dolor.
Ahora tomé otro camino, éste: Afronto la realidad de forma distinta. No huyo, y no por ganas…, pero me doy cuenta que en los momentos difíciles la vida me está interrogando, poniendo a prueba, es el momento en el que se caen todas las máscaras y salen todos los demonios, pero ahora me quedo ahí, con valentía, observándolos, viéndolos venir, permitiéndome sentir a tope todo mi tormento. Me quedo allí dónde el dolor escuece, entre esos mundos, silenciada, en el centro de mi huracán, en el centro del centro del caos, sintiendo…, sintiendo y sintiendo hasta que todo se diluye…
©Luhema
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