domingo, 5 de enero de 2014

¿NACEMOS CON NUESTRA MENTE EN BLANCO?






Parece que no es tan sencillo. La genética actual nos habla de memorias celulares familiares. Se dice que venimos al mundo no solo con programas evolutivos dispuestos a desarrollarse, sino también con sistemas de información celular que contienen los miedos de mamá o la temeridad de papa (en palabras de Xavier Guix) Tampoco podemos olvidar la información del conjunto de nuestros antepasados familiares, incluso como intuyó Jung, del inconsciente colectivo. Cada ser humano es un hermoso cóctel único e irrepetible.


¿Estamos sometidos a muchos moldes?


Alejandro Jodorowsky afirma que nacemos en una jaula psicológica formada por la familia, la sociedad y la cultura que nos rodea… Nacemos con una pequeña conciencia, la cual tenemos que desarrollar como si se tratara de una semilla.


¿Y qué hacer? ¿Cómo desarrollar esa conciencia? ¿Borramos la pizarra? ¿Rompemos los moldes? ¿Salimos de la jaula?


Los límites no se destruyen, se conocen, se transforman y se van abatiendo cada vez más, para no repetir los males que impidieron a nuestros antecesores evolucionar a niveles de conciencia superiores. En la pizarra quedará dibujada una obra de arte, modificaremos los moldes en los que estábamos mal encajados y la jaula se hará tan grande que no apreciaremos que estamos dentro. Así, como dice Cristóbal Jodorowsky, nuestros descendientes heredarán un ADN cada vez más liberado.


VÍA PLANO SIN FIN

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