No se trata de que para emparejarte tengas que convertirte en otra persona. Ni por supuesto que te disfraces, o interpretes un papel que no está hecho para ti. No se puede actuar eternamente, tu verdadera personalidad siempre acabará mostrándose, actuando te estarás engañando a ti mismo.
Una actitud más positiva podría consistir en reforzar tus dones personales, aquellos que sabes que puedes ofrecer a la pareja. También en mirarte con ojos amorosos y en ser consciente de todo lo que eres capaz de dar. Empieza a alimentar esos dones y a mostrarlos al mundo.
Te conviertes en la persona ideal cuando aceptas ser lo que eres.
La mejor guía para encontrar pareja es aquella que sigue los propios valores interiores.
VÍA PLANO SIN FIN
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