En mi muro de Facebook, el tema del día fue el dinero relacionado con la siguiente pregunta: ¿Se debe cobrar o no el trabajo espiritual? Y entre las opiniones respetuosas de las personas, se encontraba una pregunta que le abrió paso a este boletín. La terapeuta dice: Creo que no estoy reconciliada con el dinero. Cada vez que quiero cobrar una terapia de reiki, las personas parecen esfumarse y no querer nada. Actualmente nadie desea una terapia mía, ni siquiera gratis. Elegí no cobrarlo por amor, pero las cuentas no se pagan solas. ¿Qué estoy haciendo mal?
Mi respuesta es: No estás haciendo nada mal. Este es un viaje necesario para romper con milenios de ataduras respecto del dinero y con esa memoria individual y colectiva que hace parecer que todas las cosas puras, espirituales, sanas, lindas y buenas son gratuitas, cuando eso no es verdad. El dinero está involucrado en cada acto de la vida, aunque no lo veas porque el dinero es otro tú. Y para no ir tan lejos te pongo como ejemplo este boletín. ¿Crees tú que cada lunes puede llegar a tu correo electrónico un boletín gratuito, en el cual nadie pone un quinto? Por Dios, eso no es posible. Para que tú no pongas un peso al recibirlo, hay quien sí lo pone. Hay quien pone de su bolsillo. Hay quien lo patrocina. Hay quien se abre a la prosperidad. Así es todo en la vida.
Entonces a la pregunta clave: ¿Se ha de cobrar el trabajo de luz?
Sí. Dejando a un lado las necesarias excepciones que son algo que decide cada quien, es importante que tú tiempo tenga un valor y que ese valor sea justo para ti. No justo para la vecina, para el barrio o para la sociedad. Justo para ti. Si es justo para ti, será justo para quienes de corazón lo paguen. Ahí comienza todo, en la intimidad de tus pensamientos, en tu capacidad para discernir y en tu nivel de inteligencia emocional contigo, contigo, contigo. Si tú estás cómoda, si tú estás bien, el mundo irá bien. Quizá aparezcan por allí algunas voces inconformes pero ellas pasarán ligeramente a través de ti sin detenerte.
No se trata tampoco de que las personas te den lo que ellas consideren, porque no funciona así. Entonces ama lo que haces y valóralo. Y si es al contrario, si eres tú quien solicita el servicio de alguien págalo o intercámbialo y notarás que hay más puertas abiertas para ti.
Comprende algo: No se trata de endiosar al dinero. Se trata únicamente de asimilar que el dinero está hecho de lo mismo que tú, que el dinero eres tú, que el dinero es otro tú.
Al dinero: Perdóname porque no he sabido valorarte, he olvidado cómo tratarte, no he cuidado de ti como lo mereces, he estado distante, dispersa intentando buscarte en donde no estás. Ahora me encuentro contigo, te abrazo, te cuido y te encuentro en mí. Te amo.
Vivi Cervera (Libro: Perdón, curación y milagros)
Gracias por leerme. Un abrazo.
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