- Exigir reconocimiento por algo que hicimos
y molestarnos o enojarnos al no recibirlo.
- Tratar de llamar la atención hablando de nuestros problemas
o de nuestra enfermedad.
- Haciendo una escena.
- Dar una opinión cuando nadie la ha pedido
y no contribuye en lo absoluto a la situación.
- Preocuparnos más por la opinión que el otro tenga de nosotros,
que por la otra persona, es decir, utilizar a los demás
para reflejar nuestro ego o fortalecerlo.
- Tratar de impresionar a los demás con nuestras posesiones, conocimiento,
aspecto físico, posición social, fortaleza física, etcétera.
- Reforzar momentáneamente al ego a través de una reacción airada
contra algo o alguien.
- Tomarnos las cosas a pecho, sentirnos ofendidos.
- Reafirmar que tenemos la razón y que los otros están equivocados
a través de quejas mentales o verbales inútiles.
- Mostrarnos importantes o aparentar que lo somos.
Una vez detectado ese patrón interior, conviene hacer un experimento.
Averigüe cómo se siente y qué sucede cuando renuncie a ese patrón.
Sencillamente abandónelo y vea qué sucede.
Otra manera de generar conciencia es restarle peso a lo que somos
en el nivel de la forma.
Descubra el poder enorme que fluye desde su interior
para proyectarse sobre el mundo una vez que logre restarle peso
a su identidad con la forma.
Eckhart Tolle.
Una Nueva Tierra.
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