“Ariadna contempló expectante las tres tazas vacías mientras el hombre se ponía bien el chaleco antes de iniciar, feliz y sonriente, su explicación:
- He calculado que el contacto de un camarero con cada cliente que pide un café no supera de media un minuto escaso. Es el tiempo que suman el saludo y la pregunta “¿Qué desea tomar?”, lo que te pide el cliente, cuando pones la taza sobre la mesa, la hora de pasar la cuenta y la despedida cuando se marcha. Son muchos momentos diferentes, pero el verdadero contacto entre el camarero y el cliente no supera el minuto.
- ¿Y qué significa eso?
- ¡Significa que es una oportunidad! Independientemente de la calidad del café, que es lo de menos, en ese minuto el camarero tiene ante sí tres opciones, o mejor dicho tres posibles resultados que dependen de su actitud.
Tras decir eso, el camarero hizo una breve pausa para buscar las palabras más adecuadas. Luego explicó:
- En ese minuto puedes conseguir que la persona se marche peor de lo que ha llegado, si eres grosero. O bien puede irse igual que ha venido, si la tratas con indiferencia. Pero también tienes la oportunidad de que esa persona salga del café mejor de lo que ha entrado, si le regalas un poco de amabilidad”
Esto demuestra que todos los trabajos que realizamos son importantes, porque lo que importan son las personas y la capacidad que tenemos cada uno de nosotros de ser los agentes de cambio del mundo en el que vivimos. Como escribí en el artículo “Management Espiritual”, solo tenemos que utilizar el alma en el trabajo, o en cualquier actividad que llevemos a cabo.
MARU CANALES
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