“La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo”
Platón
Platón
“El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla”
Robert Browning
Robert Browning
El xilófono siempre me ha parecido un simpático instrumento musical. Me recuerda el poder hacer música golpeando palos de diferente tamaño y dando toques a copas llenadas con diferente cantidad de agua cada una. De que manera más sencilla se puede sentir el ritmo y divertirnos. Aunque lo hayamos arrinconado en algún lugar de la mente, el caso es que este tipo de “sinfonías”siempre han pertenecido al catálogo de juegos de los niños.
Sentir la música, cantar, silbar, tatarear,… siempre ha tenido que ver con la felicidad. Pero ¿que fue primero, el huevo o la gallina? Hay una frase, cuyo autor desconozco, que me encanta: “El pájaro no canta porque está contento sino que canta para estar contento”. La felicidad no llega sola sino que tenemos que provocarla.
¿Recuerdas algún día en el que no hayas escuchado música? La música nos acompaña toda la vida y en todas las situaciones: te despierta por la mañana, nos entretiene en el coche durante los viajes y en los atascos, nos hace más corto el día en la fábrica, nos relaja por la noche, es la diversión en las fiestas,..
Creo que los sentimientos que provoca la música son cuasi universales. La música causa alegría, excitación, relajación, ánimos, ganas de seguir adelante, hace más llevadera las tareas repetitivas,… Pero cada uno la vive de una manera. Los hay que cantan en la ducha o con amigos, otros tararean, los hay que prefieren tocar un instrumento y otros simplemente gustan de seguir el ritmo con los pies.
Todos Los lunes Felices
VÍA EL BLOG ALTERNATIVO
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