sábado, 19 de octubre de 2013

Fragmento de “El alma del niño no nacido” de Isabela M. Kirton.



Abandonados:


Ahora mismo veo a todos esos niños de los que nadie se ha hecho cargo. Están por allí y por aquí, flotando en el éter como globos multicolores unidos a sus piolines. Flotan en todas direcciones, revoloteando por encima de la superficie de la Tierra. Los veo. Siento su presencia. Esos niños están esperando que sus madres extiendan la mano y tomen el piolín, su piolín, esa hebra dorada que los anclaría en el mundo, en nuestro mundo, en su mundo… su reino angelical. Están esperando que sus madres los llamen: “Hijo, te recuerdo. Tú, ¿me recuerdas? Soy tu madre.” El hijo, ante ese llamado, responde: “Sí, Madre, te recuerdo. Estoy más grande, te recuerdo y aún te amo. Te veo. Tú no me ves pero yo te veo.” Nunca es demasiado tarde para tratar de alcanzar esa hebra dorada que te conectará con tu hijo espiritual. Nunca es demasiado tarde para tratar de llegar a él y decirle: “Hola”. Nunca es demasiado tarde para hacerse cargo de nuestros hijos que no nacieron. Los hijos que flotan en el éter esperando que tomemos su vida y la sujetemos a la nuestra. Extiende tu mano y toca la hebra dorada. ¿Puedes sentirla entre tus dedos? ¿Puedes imaginar a tu hijo espiritual, suspendido en el espacio, en la otra punta del cordel? Simplemente extiende tu mano y deja que tus dedos toquen la hebra dorada. Tu hijo espiritual hará el resto.


VÍA EL BLOG DE VIVI CERVERA

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