Después de un rato, la Fealdad salió del agua, se vistió con la ropa de la Belleza y siguió su camino. Cuando salió la Belleza, no pudiendo encontrar sus ropajes y siendo muy tímida para caminar desnuda, se vistió con los de la Fealdad y continuó también su camino.Desde aquel momento los seres humanos las confunden y mezclan una con otra. Sin embargo, hay personas que han contemplado la cara de la Belleza y la reconocen sin importarles los ropajes que lleven puestos. Y hay quienes reconocen la cara de la Fealdad sin dejarse engañar por los ropajes que lleve.
Gibran Jalil Gibran
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