Primero, debes tener una preocupación real, algo que te importe mucho saber, pues debe haber energía en tu pregunta. Luego, justo antes de dormir, siéntate en tu cama con un cuaderno y escribe un poco sobre lo que te gustaría saber, por qué te preocupa y cuáles son las posibles alternativas que tú ves.
A continuación, elabora una pregunta simple, de respuesta directa: ¿Me conviene seguir en esta relación? ¿Ese trabajo que me ofrecen es para mí? ¿Me está siendo infiel mi pareja? ¿Estoy enfermo, necesito ir al doctor? Luego apaga la luz y duerme, repitiendo tu pregunta en tu mente hasta quedarte dormido.
Al despertar, anota lo que sea que hayas soñado, incluso si despiertas con una canción, una sensación o un aroma. Y mira qué relación podría tener con tu pregunta.
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