Los arrancó, pero las semillas ya se habían esparcido y volvieron a crecer. Trató entonces de encontrar un veneno que afectara al diente de león. Un técnico le dijo que cualquier veneno terminaría matando también a las otras flores. Desesperado pidió ayuda a un jardinero especialista; este le dijo:
-Igual que en el casamiento junto con las cosas buenas, terminan viniendo algunos inconvenientes.
-¿Qué hago?, -insistió Nasrudín.
-Nada, aunque sean flores que tú no pensabas tener ya forman parte de jardín.
Feliz día
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