Existe una historia sobre un kabbalista conocido como Netziv, quien era muy acaudalado, un genio financiero, de hecho. Una noche tuvo un sueño en el que vio y escuchó a dos ángeles hablar.
Un ángel le dijo al otro: “¿Le mostramos todo lo que se suponía estaba destinado a alcanzar en este tiempo de vida y que no está haciendo?”. “Sí” respondió el otro ángel. “Vamos a mostrarle, tal vez eso lo ayudará a que vuelva al camino”.
Los ángeles levantaron la cortina y le mostraron a Netziv los miles de estudiantes que estaba destinado a enseñar, los muchos libros que estaba destinado a escribir y la Luz espiritual que se suponía iba a revelar. Luego le preguntaron directamente:
“¿Dónde están los libros? ¿Dónde están tus buenas obras? ¿Dónde están las personas que estabas destinado a influenciar con tu sabiduría espiritual? ¿Crees que se te otorgó una mente para alcanzar un saco de oro? ¿Fue eso para lo que fuiste colocado en este mundo?”. Estas interrogantes penetraron el alma de Netziv. Cuando despertó, se comprometió 100% a realizar lo que los ángeles le habían mostrado, estableciendo así una escuela con muchos estudiantes y convirtiéndose en un escritor prolífico.
Esta historia contiene un mensaje importante para nosotros:
Todos hemos sido encomendados con una misión en este mundo dada por el propio Creador. Nuestro trabajo es preguntar cuál es esa misión, estar abiertos a las respuesta que obtenemos y entonces proponernos alcanzarla.
Con amor
Karen
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