¿Qué nos llevaremos en nuestro último viaje? Es obvio que no podrán ser cosas materiales. Así como las líneas aéreas establecen un límite en el peso de los equipajes y el maletero del coche tiene una capacidad limitada, en el cielo también hay límite de espacio. Pero el amor no pesa ni ocupa espacio.
El amor es inmortal y no está limitado por la existencia del cuerpo físico. Cuando el cuerpo desaparece, nuestro amor va con nosotros donde quiera que vayan nuestro espíritu, alma y pensamientos, pero también se queda en la vida de los que hemos amado. El amor es energía y no está limitado por las leyes que rigen las cosas materiales ni por el tiempo. Así que puedes llevarlo contigo y, a la vez, dejarlo.
El amor tiene el mismo efecto cegador y benéfico. Nos permite relajarnos y nos ciega a los defectos y las imperfecciones de los demás. Cuando decidimos amar, podemos dejar de juzgar a las personas y, en vez de eso, valorar su belleza. Quienes aman son como padres para el mundo o sería mejor decir como abuelos, porque los abuelos tienden a ser menos críticos. Lo que el mundo necesita es una legión de abuelos amorosos que devuelvan la autoestima a cada persona.
El amor es el puente entre la tierra de los vivos y la tierra de los muertos.
VÍA RECURSOS DE AUTOAYUDA
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