Al principe Handan le encantaba recibir palomas como regalos de año nuevo, y el correspondia con magnificas recompensas. Pero lo que mas complacia al soberano era dejarlas libres despues, para mostrar asi su gran bondad.
Un dia alguien le dijo: “Todos vuestros subditos se dedican a atrapar palomas para su Excelencia. Pero al tratar de apresarlas tambien son muchas las que matan. Por consiguiente, la bondad que Su Excelencia pretende no repara el daño que realmente ocasiona”.
El principe comprendio, y desde entonces quedo anulada esa costumbre.
Lie Yukou
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