Siento orgullo de ser mujer, de ser una mujer consciente, de saber de dónde vengo, de conocer y no olvidar mis orígenes.
Honro a mis ancestros femeninos, mis bisabuelas, abuelas, madre, hermanas, tías, hija, sobrina…, y a todas las mujeres que llevan mi sangre.
Yo ahora desde mi más profunda esencia transformo todo el dolor acumulado por el tiempo en el útero, almacenado en los pechos, silenciado en la garganta, apretado en las manos y guardado en el corazón, para transformarlo hoy en sabiduría infinita. Así mi herencia femenina para con las mujeres futuras de mi sangre será más ligera, sin traumas, sin ataduras al dolor, sin reproches, sin haber juicios o conjeturas.
Hoy derribo las barreras que un día se construyeron y que anularon parte de nuestra fuerza y fortalezco las raíces… Hoy vendrá a mi memoria y las memorias femeninas de mi familia la conexión con la madre, con los actos creativos, con la solidaridad, con el olor de lo sagrado, con lo íntimo femenino. Hoy por fin se modificará la sombra, se diluirá , y saldrá a la luz la piel del alma.
Hoy la esencia de mujer libre del dolor, podrá volar, retomar su poder, amar lo que es y reconocer su pasado, su presente y su futuro en su sangre sagrada, sabiendo que contiene la eterna presencia de la creación activa.
©LUHEMA
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