Traducción: Margarita López
Edición: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
Desde noviembre, cinco Lunas Nuevas cayeron en el grado 22 de cinco signos: Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.
Es raro que esta cantidad de Lunas Nuevas consecutivas estén en el mismo grado de frecuencia.
La frecuencia 22 es una indagación de la verdad, lo que significa que estamos culminando una búsqueda de la verdad de cinco meses, que comenzó el otoño pasado. La indagación comenzó en Escorpio, que preside la profunda subcapa psíquica-emotiva de la existencia humana. En estos meses he notado un patrón en muchos clientes para quienes hice lecturas álmicas. Casi todas las semanas, ahora los clientes preguntan qué pienso acerca de su decisión de sacar a sus familias de sus vidas.
En los primeros años de mi práctica escuchaba esta pregunta más o menos una vez al año. Escucharla al menos una vez a la semana indica que está pasando algo extraño. Pocas de estas personas parecen estar muy molestas por esta elección. La mayoría parece haber luchado con ella. En lugar de ser una reacción impulsiva, parece estar basada en una comprensión de que no es su obligación permanecer en la disfunción, y que tienen derecho a una vida sana. Aunque me entristece cada vez que escucho esta decisión, reconozco la búsqueda de la verdad en funcionamiento.
Un despertar que debió ocurrir hace mucho tiempo parece estar extendiéndose por la infraalma colectiva, golpeando a más y más gente con la urgencia de llegar a una verdad sólida, un aleccionador reconocimiento fundamental de cuán lejos se han desviado sus vidas del camino de su alma, y del poder que tienen para hacer cambios muy necesarios.
El último signo de esta Indagación de la Verdad de 5 Lunas es Piscis, cuyo ciclo de Luna Nueva comenzó hace un par de semanas y continúa durante las próximas dos semanas. Piscis es la Familia de la Humanidad, las raíces que nos vinculan a la genealogía, ascendencia, origen y vidas pasadas.
Yo creo que se ha instigado una gran purga, instándonos a dejar de vivir a muchas capas de distancia de las realidades subyacentes. Se puede ver que la elección de mis clientes se ajusta a esta necesidad más amplia: Eliminar los engaños de nuestro tiempo, que hemos heredado del tiempo de nuestros padres, que ellos heredaron de las ilusiones de sus padres, y así sucesivamente, hasta que nuestro mundo parece ser más una ciencia ficción distópica como 1984 de George Orwell, en lugar del planeta sano que sabemos que es.
Como en 1984, los engaños de nuestro tiempo tienen una peculiar ironía que supera a la del pasado. Tenemos un presidente que se ha dado a sí mismo el derecho a torturar y asesinar a cualquier persona que él quiera sin tener que responder a una autoridad superior. Tenemos aviones espía sobrevolando Nueva York, como si nuestro país fuera una Zona Ocupada. Tenemos una ley promulgada la semana pasada que prohíbe que a las empresas de alimentos modificados genéticamente se las haga responsables de los estragos que cree su comida mutante. Tenemos medios de noticias controlados por corporaciones que en ciertos sentidos es peor que los de la Unión Soviética durante la Guerra Fría, porque detrás de la Cortina de Hierro nadie esperaba que los medios dijeran la verdad.
Si vamos a llegar al fondo de esta indagación a nivel álmico, debemos despertar del gran engaño perpetrado en la especie humana, que permite que millones de personas actúen como si envenenar al mundo y romper las espaldas de los pobres para mantener a los ricos fuera algo que remotamente parezca normal. Tenemos que romper el tabú en contra de señalar el cadáver de ese elefante muerto que está pudriéndose en medio de la sala.
En este punto, podrían preguntarse, ¿de dónde puedo sacar mi infatigable positividad? ¿Cómo puedo continuar después de cuarenta años de usar mis escritos para llevar la antorcha de la Gran Buena Noticia de la Existencia? ¿A dónde puedo acudir cuando el peso de la Desinformación hace que sea difícil levantarse por la mañana?
La respuesta es que tomo aliento de un pozo profundo de positividad que se llenó con los actos buenos de todas las personas que han vivido, aquellos que, durante su propia noche oscura del alma, eligieron el amor sobre el miedo. Tomo mi inspiración de Isaac Singer y Herman Hesse, de Rumi y Rilke y Malcolm X, visionarios que lucharon contra la tiranía y la opresión y se levantaron como faros en la noche en pos de sus propias almas. Y últimamente he tomado aliento de estar tan cerca de las brillantes almas de mis hijos de cuatro y nueve años, que necesitan un mundo bueno que heredar de su padre.
Yo participé en la Revolución de Conciencia de los 60s que detuvo la guerra de Viet Nam, y sé que si cambiamos el mundo una vez podemos hacerlo de nuevo. Sin embargo, también sé que este cambio es más difícil, ya que la Enfermedad de la Falsedad se ha infiltrado más profundamente en el sistema, y ya no se limita a la necesidad de terminar una guerra injusta. Lo que significa que se necesita un despertar masivo que trascienda las líneas partidarias.
por Paula Nicho Cúmez
Cuando tantas personas optan por cortar con sus familias, con poca amargura y enemistad aparentes, sino más bien con mucha resignación, puedo saber que estos individuos han pasado noches en vela haciéndose las preguntas que realmente importan: ¿Por qué no soy feliz? ¿Es mi trabajo seguir permitiendo que mi familia ignore la verdad? ¿Cuándo es una bondad mayor alejarse de alguien a quien amas en lugar de seguir apoyando una ilusión?
Cuando los clientes me preguntan lo que pienso de su elección les digo que las relaciones disfuncionales no son el producto de una sola persona, sino de una co-creación. Lo que significa que cuando deciden separarse de un matrimonio disfuncional, familia, relación sexual, amistad, grupo social o laboral, sólo han completado la mitad del trabajo. La segunda mitad, y a menudo la más rigurosa, es arrancar de raíz la parte de ustedes mismos que co-creó la situación en primer lugar.
La guerra más brutal en la que participó directamente los Estados Unidos en la memoria reciente, fue la Primera Guerra Mundial, que llegó a conocerse como “La guerra para terminar con todas las guerras”. La gente la llamó así porque la matanza fue tan horrenda que nadie que la hubiera vivido podía imaginarse participando en otra masacre a gran escala. Por desgracia, esa guerra no estuvo a la altura de su apodo.
Es la gran tarea de nuestro tiempo poner fin a una guerra aún más brutal, que cada día pasa la factura no a decenas de miles, sino cientos de millones de personas en todo el mundo. Es la Guerra contra la Verdad, que permite que presidentes sonrían de dientes para afuera con nobles aspiraciones mientras destripan la Constitución y ponen en vergüenza el significado de democracia.
Una irónica víctima de esta guerra es que la creciente indignación por los secretos sucios de nuestro país se están reportando en países europeos y otras partes del mundo – creando una enorme brecha de credibilidad entre lo que la mayoría de los estadounidenses cree que es verdad y lo que cada vez más del resto del mundo sabe que es verdad. La Revolución por la Democracia que ocurrió aquí hace 250 años nos ha pasado de largo y ahora se está adaptando en el resto del mundo, conforme más países despiertan al hecho de que ellos ahora poseen más democracia que nosotros. Hemos perdido el imperativo moral que alguna vez afirmamos tan audazmente.
El único remedio para esta red de mentiras es levantarse, pararse firmes con su familia y amigos dentro de la verdad de su propia alma, y hablar en contra de las mentiras.
¿Qué se necesitará para volver a encaminar el mundo?
Gente sencilla como ustedes y yo, en muchas naciones, afirmando la verdad largamente negada de que todos somos ciudadanos del mismo planeta. Todos merecemos que nuestros hijos hereden un mundo que funcione, un planeta que tenga un futuro, en lugar de los despojos radiactivos de una especie imbécil que se empeñó en negar su propia sombra y proyectar sus propios demonios en el otro.
Vamos, gente: Despertemos antes de que sea demasiado tarde.
¿Quién eres realmente? ¿Qué viniste a hacer aquí?
¿Cuánto tiempo más vas a esperar?
¡Adelante!
Mark Borax
Astrología a Nivel del Alma
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