En todos nosotros existe una tendencia a exigirnos más de lo que le exigimos a otros. Tal vez has sido uno de los que pueden justificar el perdonar a otros, hasta por una ofensa atroz, pero no encuentra ninguna justificación para perdonarse a sí mismo por una ofensa igual o menor. Tal vez crees que perdonarse a sí mismo no es digno de consideración, porque piensas que debes mantenerte en un estado de constante recuerdo, no sea que se te olvide. Tal vez usted crees que hay un precio, alguna forma de penitencia que debes pagar.
Perdonarse a sí mismo no significa olvidar. Significa no recordarse a sí mismo esa ofensa de maneras negativas. El perdonarse a sí mismo es simplemente dejar ir lo que usted tiene en contra suya para poder seguir adelante
La vida está llena de decisiones y cada decisión que tomamos nos llevará en una dirección positiva, dadora de vida, o nos robará la oportunidad de ser un individuo dador de vida. El perdonarse a sí mismo no nos absuelve, no justifica lo que hayamos hecho, y no es una señal de debilidad. Perdonar es una decisión que requiere coraje y fortaleza, y nos da la oportunidad de convertirnos en un vencedor, en lugar de permanecer víctima de nuestro propio desprecio.
Si no te perdonas por errores pasados, eso es una forma de orgullo. Cuando creamos un conjunto diferente de reglas, un conjunto de estándares más altos para nosotros que para otros, eso es orgullo. Cuando podemos perdonar a otros, pero no a nosotros mismos, estamos diciendo que nosotros somos menos capaces de tomar una mala decisión que los demás. Somos de alguna manera más intuitivos, más sabios, más perspicaces, más cuidadosos que los demás, y por lo tanto, no tenemos excusa y no debemos perdonarnos.
El perdonarse a sí mismo es importante también para aquellos en su esfera de influencia. Es un hecho bien conocido que gente herida hiere a otra gente. Mientras más evadas el perdonarse a sí mismo, mientras más te permitas abrigar sentimientos de que mereces sufrir por lo que hiciste, más explosivo te volverás, y por consiguiente, más apto para herir a otros.
La realidad es que no puedes cambiar lo que pasó. No puedes restaurar vidas a lo que eran antes. Sin embargo, puedes hacer una diferencia en las vidas de otros. Puedes devolver algo de lo que hayas tomado encontrando un lugar diferente para invertir tu tiempo y compasión. ¡Perdónate a tí misma y deja que comience la sanación!
TU DECRETO: Quiero seguir adelante y hacer una diferencia positiva en el futuro. Dejaré de sufrir por el pasado.
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