“Cuando yo estuve ahí extendiendo mis mensajes de paz, fraternidad, amor y solidaridad, ocurrió lo que ocurrió. Hubo escándalos, hubo quien aceptó mi palabra y me siguió, hubo quien me ignoró y quien me provocó. Hubo quien me abofeteó, quien se lavó las manos en relación a mí y hubo hasta quien me maldijo. Pero hubo quien me amó y quien me perdió, y esa pérdida dolió tanto que aún hoy duele. Hubo quien nunca más se recuperó. Pero, si te fijas bien, todo esto ocurrió en la materia. Todo lo que pasó hace dos mil años fue del lado de afuera del hombre. Unos hombres se reían de mí, otros lloraban por mí. Pero nadie, ninguno de ellos, hizo nada por sí mismo. Escucharon mis palabras, pero no las hicieron suyas. Y es por eso que he vuelto. Esta vez, quiero que las transformes en tus palabras. No vengo como hombre. No vengo como forma de la materia. Nadie más va a tener que mirar fuera de sí mismo para encontrarme. Esta vez, vengo como energía. Vengo para encender el corazón de los hombres. Quiero entrar en tu corazón. Quiero entrar y, al hacerte mirar hacia mí, vas a mirar dentro de ti. Y me vas a escuchar dentro de ti. Y vas a pensar que mis palabras son las tuyas. Que mis pensamientos son tuyos. Y al amarme, vas a amarte finalmente. Y en ese momento yo habré hecho mi mayor milagro.” Jesús
El libro de la luz de Alejandra Solnado
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