martes, 19 de febrero de 2013

Lo que merece ser hecho, merece que se haga bien








Nunca me ha gustado hacer algo por obligación. A nadie. El problema es que cuando lo haces por hacerlo, no le pones las ganas suficientes. No hay esfuerzo, no hay pasión, no hay deseo, no existe una verdadera búsqueda de crear un producto útil y bueno, pues no tenemos motor que nos impulse. Consejo de la vida: no quieres hacerlo o no te gusta, simplemente no lo hagas.


La motivación lo es todo en la vida, y muchísimas veces el problema es que a muchos

nos

les cuesta encontrar ese pequeño impulso motivacional que te inspira a hacer cada cosa, por pequeña que sea, de la mejor manera posible. Y es que una buena actitud lo es todo. ¿Nunca les ha tocado ese tipo de profesores que se nota que aman enseñar, y que además adoran su materia? He tenido la fortuna de toparme con un par, y la realidad es que puedes odiar la materia o creer que es inútil y cursarla por mero trámite, pero cuando un profesor de verdad le echa ganas y eso se puede notar en una clase, ésta se hace más amena y hasta se disfruta. Hay, como éste, muchos otros ejemplos, como el hecho de tener un blog para escribir. Admito que mi iniciación en el mundo literario empezó en la escuela, y de ahí pasé barreras y llegué a hacerlo por gusto, nunca por obligación. Si escribiera por contrato y no por gusto, no tendría sentido alguno el escribir. Las mejores actuaciones se dan cuando los actores creen en el proyecto y disfrutan su papel, y los mejores partidos se juegan cuando los jugadores tienen el estado anímico alto porque el producto al que se quiere llegar los impulsa, y no simplemente un fajo de billetes.


Encuentra lo que te motiva en la vida y trabaja en ello. Si amas algo y tienes habilidades en ello, aférrate y no lo dejes ir. El mundo necesita gente que crea en lo que hace, que se levante cada día motivado y que ponga todo su esfuerzo en cualquier actividad a realizar, ya sea grande o pequeña, porque sabe que al final la suma de las partes dan como resultado un todo, y ese todo debe ser exactamente como lo queremos. Nunca hagas algo por obligación, sino por gusto y siempre con buena actitud. Y no olvides sonreír. Al mundo le hacen falta sonrisas y le sobran hipotecas.


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