Ricardo Ros
Las redes sociales están llenas de personas que tratan de aparentar ser otras personas. En dos sentidos: por un lado las personas que de forma fraudulenta tratan de aparentar ser otras personas, generalmente personajes famosos y, por otro lado, los que mantienen su propia identidad pero tratan de aparentar lo que no son.
Durante dos años un desequilibrado se ha hecho pasar por un importante entrenador de fútbol. En Twitter relataba todo lo que hacía, sus disputas con otros entrenadores, sus viajes, sus problemas con la prensa… Me cuentan que adoptaba ocho personalidades diferentes.
Otras personas mantienen su identidad, pero cambian su profesión, su edad, su sexo, el lugar en el que viven, su estado civil, etc. Y no es por precaución, sino porque tratan de aparentar ser unas personas diferentes: más guapos, más inteligentes, con una profesión mejor considerada, más ricos…
Muchas personas confunden identidad con la conducta. “Soy buena persona”, “soy tímido”, “soy aventurero”, “soy alcohólico”, “soy ansioso”…
Otros confunden identidad con las creencias: “soy cristiano”, “soy de izquierdas”…
Algunos confunden identidad con sus capacidades o su profesión: “soy médico”, “soy habilidoso con la madera”, “soy muy creativo”…
Otro confunden identidad con su origen: “Soy blanco”, “soy madrileño”, “soy mexicano”…
Nada de eso es la identidad. Una persona que haya nacido en otro país, que tenga otra religión o que tenga una profesión diferente, sigue siendo la misma persona.
¿Qué es entonces la identidad? Algunas personas con determinadas creencias me dirán que la identidad es el alma. Yo no hablo de religión, hablo desde el punto de vista de la psicología. La identidad es la capacidad para reconocernos a nosotros mismos. ¿Quién soy yo? ¿Cuál es mi misión en la vida? ¿Cuál es mi esencia? ¿Qué relación tengo conmigo mismo?
La identidad es la conciencia de lo que soy. ¿Qué me hace diferente a los demás seres?
La identidad no es algo estático, sino que la vamos definiendo a lo largo de nuestra vida, a través de nuestras conductas, de las capacidades que desarrollamos, de nuestra profesión y del amor que damos y recibimos. ¿Es coherente lo que hacemos con nuestra vida con nuestra identidad? Identidad tiene mucho que ver con la autoestima, la conciencia de ser aptos para la vida y para lo que vivir implica.
Cuando llegamos a saber cuál es nuestra identidad, entonces aparece otra pregunta: ¿Quiénes somos nosotros?, ¿qué es lo que nos conecta con otros seres? Pero eso es ya para otra reflexión.
Fuente: http://www.ricardoros.com
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