Hay personas que no sonríen nunca, o muy rara vez. No son capaces de sonreír ni siquiera cuando todos los presentes se están riendo a carcajadas. Estas personas pueden ser simplemente tímidas, o pueden tener un dolor profundo. Pero lo importante es saber que la sonrisa es capaz de curar estas dos dolencias. La sonrisa no tiene por qué ser un mero acto reflejo. La sonrisa puede ser un acto deliberado e intencionado. Cuando lo es, se convierte en un acto de creación y, por tanto, en una herramienta poderosa. Sonríe con facilidad y comparte con facilidad tu sonrisa con los demás. Iluminarás tu corazón, e iluminarás también el lugar donde estés.
Hace años encontré un libro estupendo, Sonríe, aunque no tengas motivo, de Lee L. Jampolsky. Léelo; lo encontrarás maravilloso.
Lo que estoy diciendo aquí es que ¡hay que sonreír más! La sonrisa cambia, verdaderamente, las vibraciones de tu cuerpo. Modifica fisiológicamente la química de tu ser. Libera endorfinas de efecto salutífero. ¿Lo sabías? Lo dice la ciencia médica, y es verdad.
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