El famoso filósofo griego Sòcrates que viviò hacia el año 450 AC , hizo una afirmación qu ese volvió célebre: “ Dime con quien andas y te diré quién eres”.
Si tú me dices cuál es el contenido de tu oración.
Tu vida es tu oración, tu oración es tu vida.
Si te sientes atado, paretado, delante de las barreras infranqueables, deprimido, abatido, sofocado, sufriendo cefaléas, falta de aire, problemas estomacales, con el corazón sin vitalidad, analiza si tu oración no está llena d epalabras, que expresan sufrimiento, renuncia, entrega, sumisión, sacrificio, empobrecimiento, cruz, abandono, pérdida de identidad, aniquilamiento, miseria, pequeñez.
Recuerda que tu palabra es tu oración, y tu oración creída es tu realidad existencial.
Las palabras negativas producen resultados negativos.
Cada árbol, solo puede producir el fruto que le es peculiar.
–Pero cómo voy a rezar entonces?—te preguntarás inquieto.
–Busca las oraciones y fórmulas que encierren palabras de contenidos positivos; que expresen energía benéfica, que te impulsen hacia arriba y no hacia abajo, que hagan tocar el manto de Dios y no el polvo d ela tierra; que signifiquen la luz y no la sombra; que muestren el mundo como creación divina y no como el centro del mal. Que tus oraciones estén llenas de palabras que expresen amor, paz, alegría, felicidad, luz poder, sabiduría, armonía, bondad, generosidad, liberación grandeza interior, fuerza, energía , coraje, salud, vitalidad, abundancia, verdad, comprensión, cariño, ternura, elevación, sublimidad, buen corazón, fe , esperanza, belleza, maravilla, grandiosidad, afecto, amistad, entendimiento, divinidad, comunión y tantas otras palabras que , como dijo Jesús, son espíritu y verdad.
Del libro EL PODER INFINITO DE LA ORACION
POR LAURO TREVISÁN
POR LAURO TREVISÁN
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