técnicas de manejo de energía, en concreto, de la limpieza
de chacras, de las posturas especiales y de los trabajos
mentales para que la energía circule con más fluidez…
La mente es una divina herramienta de trabajo. Ya lo
hemos dicho una y otra vez. Sólo hay que darse cuenta
desde la conciencia de cómo ir calmándola, llevándola a la
visión de lo trascendente.
Haciendo que intelectualmente, entienda lo vano de todo
esfuerzo por los logros mundanos, que son inevitablemente
efímeros y que si en cambio, se focalizara en la
maestría de la verdad, a su vez todo logro mundano le
pertenecería al instante.
Algo así, como situándose en lo trascendente, todo lo
otro, que no lo es, también se da por añadidura.
La mente entiende esto. Hay que trabajarlo desde el
silencio interior. A su vez ese estado genera dicha.
La dicha es una expresión sublime que hace que la personalidad
se vaya yendo a su justo lugar, sin expresarse
caprichosamente todo el tiempo.
La verdad empieza a expresarse en forma gozosa y fácil.
No hay nada que forzar. Por eso todos esos trabajos
energéticos, no son necesarios.
Todo, especialmente la comprensión de los fenómenos
espirituales, tiene que ser manejado con autocontrol, sin
caer en comportamientos adictivos, que se tornan psicóticos
y desembocan en los delirios, y el fanatismo espiritual.
Lo único que necesitás es amor incondicional. Si sientes
amor incondicional, todos los chacras se abren.
Todos los chacras se abren en el mismo lugar, al mismo
tiempo, al mismo nivel. Se abriría todo de un mismo modo
energéticamente, con la manifestación constante del amor
incondicional. Amor por Uno primero, y por ese Uno manifestado
en todo lo que se presenta ante nosotros. Se llega
a esa sensación bendita, de que no hay más separación,
sólo unidad.
VÍA ESPIRITUALIDAD DIARIA
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