Porque lo más importante son los días en sí mismos,
con todas sus horas y cada instante presente es su regalo.
Esa es la esencia que vinimos a aprender y que subyace a toda sabiduría.
Bendícete en cada momento, porque estás bien aquí y ahora.
Deja que llegue y te llene una profunda serenidad, antes que nada,
nada debe salir del apuro que te impones. Ya que una gota de serenidad
vale por mil mares de acciones enloquecidas.
Y lo demás es mente, que duda que da vueltas y
que termina por eludir la verdad que sientes en tu corazón.
Permítete religarte y crecer en conciencia.
Nada debes darle a los demás que no te hayas dado a ti mismo o comprendido
en profundidad. ¿Para qué correr hacia el afuera? ¿Será para correrte de ti?
¿Por qué no buscar el reconocimiento en la suave caricia de tu propio
ser interior? Aprende a fluir. Libérate en PAZ.
Mauricio Viglianco
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