El mago sabe que el conocimiento esta en la acción y la
sabiduría en la no-acción. La mejor lucha es la que nunca se
realiza.
La acción te vincula con la vida. La acción te da experiencia.
La no-acción te vincula con lo eterno. Te lleva hasta el
asiento de la realidad suprema.
Por eso el mago que desea avanzar, en su proceso,
reconsidera todos sus actos. Evalúa sus acciones como una
forma de enmendar sus desaciertos.
El mago sabe que, mientras él sea amable consigo mismo,
con los demás y con la naturaleza, nunca perderá el poder. El
mago no hace juicios morales sobre los demás; solamente
hace juicios de valor. Él comprende que la moral es un
asunto muy personal y que su misión no es juzgar a los
demás. En cambio usa los juicios de valor para entender
donde él puede ayudar, con quien puede alternar
armoniosamente y, también, donde no le conviene estar.
de EL LIBRO DE LOS MAGOS
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