“Cuando el Discípulo aprende a olvidarse de sí mismo para servir, y deja de lado su egoísmo espiritual para ayudar al mundo desde un SERVICIO DESINTERESADO, es señal de que ha comprendido la lección. El olvido de sí mismo a favor de los demás es la energía correcta asumir el real servicio. Elimina el desánimo de cualquier crisis, la decepción y la prisa por llegar… Cuando somos capaces de actuar desinteresadamente, sin perseguir resultados y sin prisa alguna, entonces el proceso de alineación con el Alma se produce de un modo natural, gradual y sin conflicto. La Paz, desde esta Sencillez, llega de modo irrevocable”
Eva Monferrer
Eva Monferrer
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