viernes, 18 de mayo de 2012

PERDÓN : UNA DECISIÓN VALIENTE...♥




Perdonarse a uno mismo es probablemente el mayor desafio
que podemos encontrar en la vida. En esencia, es el proceso de aprender a amarnos
y aceptarnos a nosotros mismos “pase lo que pase”.
Es la plenitud latente de nuestra personalidad, la que surge de la disposición de aceptar
sin críticas la totalidad de quienes somos, con nuestros aparentes defectos y con los
talentos con que Dios, quiso adornar la propia personalidad.
Amarse y perdonarse son esencialmente la misma cosa.

Perdonarse a uno mismo es un fabuloso nacimiento.
Es un gozo que surge en los momentos en que tenemos la experiencia directa
de la compasión, el amor y la gloria de nuestro Yo superior, más allá de toda definición.

Perdonarse a uno mismo no significa justificar un comportamiento
dañino para uno mismo o para otras personas.
Tampoco significa que uno no sienta remordimiento por el pasado.
En realidad el hecho de sentir un profundo remordimiento por el dolor causado
forma parte del proceso de curación. El remordimiento puede durar toda la vida,
cuando se piensa en cierta persona o en determinado incidente.
Pero si hemos de avanzar ese remordimiento no puede seguir siendo una
fuerza emocional predominante. Hay que abandonarlo.

El objetivo del perdón es arrojar luz sobre los engaños, temores, juicios y críticas,
que nos han mantenido cautivos. Es descubrir la opción de ser libres,
venciendo toda barrera y obstáculo, capaz de mirarse en el espejo y decidir
“Quién soy”, “Qué quiero”, “Hacia donde voy”.

El motivo más obvio para perdonar es liberarnos de los efectos debilitadores
de la rabia y el rencor crónicos. Al parecer estas dos emociones son las que más
convierten el perdón en un desafío, a la vez que en una grata posibilidad
para quien desee una paz mayor.

La rabia y el rencor son emociones muy intensas que desgastan nuestras fuerzas y energía de diversas maneras. Cuando vayas quitando las capas, probablemente descubrirás que esa rabia en realidad es un sentimiento superficial. No en el sentido que sea trivial o falso. Por el contrario, es un signo que invita a reflexionar, porque todo problema no es tan simple como parece. Pero debajo de ella pueden haber otros sentimientos.

Cuando nos perdemos en el mundo de larabia, nos volvemos sordos
y mudos a nuestros sentimientos más profundo.
Hemos aprendido a escuchar sólo aquellos que saben gritar más fuerte.
Perdonar es ingresar en el mundo de los valientes, que asumen con decisión
la voluntad de Dios, porque El sólo trae la paz interior,
la comprensión y el verdadero amor al prójimo.

El perdón no exige comunicación verbal directa,
con la persona a la que “quieres perdonar”. No es preciso, ir y decirle: Te perdono.
Aunque esto puede ser una parte importante del proceso de perdonar, con frecuencia la otra parte advertirá el cambio que se ha producido en tu corazón.
El perdón es una actitud de valientes pero requiere de dignidad y de
actitudes responsables, producto del amor de Dios.

El amor es siempre la respuesta a una especie de curación.
La senda que conduce al amor es el perdón.
Al perdonar se disuelve el resentimiento.
Ahora ya estamos en condiciones de perdonar: si deseas hacerlo, pronuncia con voz
clara y sonora: ‘La persona a quien necesito perdonar es... y la perdono por...

Hay tanto amor en tu corazón que con él podrías curar a todo el planeta.
Pero por ahora limitémonos a dejar que ese amor sirva para curarte interiormente.
Siente cómo una cálida ternura empieza arder en el centro de tu corazón,
algo afectuoso y dulce. Y deja que ese sentimiento empiece a cambiar la forma
que piensas y hablas de Ti mismo.

Meditacion Para El perdon

FUENTE:POR UN BUEN CAMINO

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