Cuando hacemos una pausa consciente en nuestra mente paralizamos el flujo de nuestros pensamientos. Es entonces cuando sentimos una mayor conciencia de nosotros mismos, de nuestras emociones, y de la realidad que nos rodea.
El reto consiste en mantener esa capacidad de conciencia a lo largo del díay no dejarnos contaminar por los acontecimientos que nos suceden. Gracias a este estado de plena conciencia somos capaces de observar con mayor nitidez los pequeños detalles a nuestro alrededor, los disfrutamos y sentimos con mayor intensidad.
¿Cómo logramos ese poderoso nivel de conciencia?
Si eres seguidor/a de este blog creo que sabes la respuesta: con la meditación
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