Podéis imaginar qué confusión puede tejerse mediante tales infinitas posibilidades del alma entrando y saliendo del cuerpo, atravesando infinitos universos y resonando a través de las muchas dimensiones del Todo-Lo-Que-Es.
Ahora es el momento de devolver a casa todos los fragmentos que se desprendieron o vagaron para explorar por su cuenta. Es el momento de una integridad absoluta, pues estáis a punto de pasar por el gran vórtice y queréis estar completos, sin ataduras y despiertos.
Necesitáis esas partes vuestras que han elegido unirse a otra experiencia, otro ser o realidad, para que os aporten ese conocimiento, para que aniden en vosotros -recuperando la memoria y sanando vuestra alma herida.
Saber que la fragmentación ocurre durante las experiencias traumáticas y dolorosas, cuando se forman las heridas del alma, os ayudará a comprender que esta separación no colabora en el bien supremo: ni para vosotros, ni para la realidad con la que os habéis vinculado ni para el fragmento.
Esas partes de vuestra alma que se han separado pueden ser llamadas a casa cuando estéis listos para reclamarlas, olvidando la causa de esos traumas que las enviaron a buscar seguridad en otra parte.
Si deseáis sanar los fragmentos del alma -los que se han perdido, los que se han unido a otros- podéis hacerlo trayendo de nuevo a vosotros los trozos perdidos de vuestro ser, por medio del corazón, estando preparados, pues el proceso puede exigir que hagáis frente al dolor o el sufrimiento que causaron su partida y que lo experimentéis.
Es de la máxima importancia la absoluta honestidad con vosotros mismos.
Sólo vosotros sabéis si ha llegado el momento de hacer volver los trozos de vuestra alma. Es vuestra libre elección, pero va a ser necesaria si pretendéis integrar y viajar libres de cargas hacia la brillante luz de vuestra liberación.
Aquí os ofrecemos nuestra guía. ¿Tomaréis nuestra mano para caminar como gigantes entre las estrellas?
MEDITACIÓN
Llamando a los fragmentos del alma para que vuelvan a casa Cerrad los ojos y situaos en el centro de vuestro ser -ese lugar que reconocéis como el corazón mismo de vuestra existencia. Id hacia dentro, todavía más profundamente, haciendo más lenta vuestra respiración y siendo conscientes del ritmo de vuestro respirar.
Hay una llama de luz que es vuestra misma esencia -podéis verla como vuestro par en la oscuridad. Respirad profundamente y con cada respiración sentid cómo se expande la llama y cómo su luz asciende hacia vuestra cabeza y desciende hasta vuestros pies a través de todo vuestro cuerpo.
Dejad que la luz se expanda hacia fuera, al espacio que os rodea y hacia dentro, llenando cada célula de modo que todo vuestro cuerpo se vaya inundando poco a poco de luz. Respirando... alimentando la llama.
A medida que os vais llenando con el brillo, enviad esta luz más allá de vuestro campo inmediato, para que llegue a los seres de luz que rondan a vuestro alrededor. Invocad a los guerreros de la luz para que rodeen esta zona y actúen como una barrera de luz contra cualquier energía que no sea del orden y la intención más elevados. Ahora, lentamente, abrid el centro coronario, lanzando un rayo de luz desde vuestra cabeza, como un faro, hacia los Seres de Luz de toda la Creación, pidiéndoles que conecten con vosotros. Ellos lo harán. Vendrán cuando les llaméis. Sentid la unidad.
Bañaos en ella. Percibios como uno con todos los seres de luz del Universo - El Todo-Lo-Que-Es, Siempre Fue y Siempre Será.
Sentid la luz de tantos seres llenándoos, pasando a través de vuestra coronilla, descendiendo por vuestra médula espinal e irradiando a través de vuestro corazón... moviéndose a través de vuestro cuerpo... descendiendo hasta la tierra. Imaginadlo como un cordón de luz que os atraviesa, sujeto con un ancla dorada en la base de vuestra columna, y ahora enviadlo hacia abajo, hacia las profundidades. Cuando oigáis que golpea el fondo, aseguraos de que lo engancháis firmemente en las rocas -sosteniéndoos firmemente en los campos de la tierra.
Dentro de esta luz brillante podéis visualizar una forma -sois VOSOTROS. La luz de vuestra conciencia está dirigida por los Seres Superiores y por vuestros guías para escudriñar esta forma, para conocerla, para buscar áreas en las que puedan faltar fragmentos o pedazos. Este es un momento muy importante en vuestro autoconocimiento, un balance de quiénes sois y de dónde venís. Tomaos vuestro tiempo, observando cada parte de vosotros, anotando cada uno de los lugares que parezcan inarmónicos o vacíos. Puede que haya muchos... puede haber un gran hueco o sólo una pequeña fractura o un agujero... cualquier experiencia está bien. Si hay muchos fragmentos, elegiréis el aspecto que resulte más importante en este momento de vuestra vida y seréis guiados para saber cuál es.
Llamad a esta parte perdida de vosotros, este aspecto de vuestro ser, para que vuelva a vosotros, esté donde esté. Puede hallarse muy cerca o haberse alejado mucho. Llamadlo, pidiéndole que vuelva a vosotros. Puede oír vuestra llamada y vendrá hacia vosotros. Enviad vuestra llamada a través del centro cardíaco. Este fragmento sentirá que el corazón lo llama para que vuelva a casa.
Ahora podéis ver este trozo. A medida que este aspecto se aproxima a vosotros, ¿lo hace con reservas... o avanza sin dudarlo? Se os puede mostrar en imágenes o hablaros silenciosamente. Tened paciencia. Esto es una reunión, un momento de redescubrimiento. Necesitáis sentirlo.
A veces los fragmentos llegan y os muestran un drama o representan una escena que puede haber pasado completamente desapercibida para vuestra memoria consciente. Podéis pedir información: ¿dónde se ha estado ocultando esta parte de vosotros? ¿Cuánto tiempo hace que se fue? ¿Qué hizo que se alejara? Quizás se os muestre el incidente en el que se separó de vosotros, quedando atada a ese momento -congelándose allí. Mirad quién más estaba implicado... quién más es parte de ese momento y ese lugar. A veces, un fragmento se va para protegeros y también eso podéis verlo ahora.
Tomaos vuestro tiempo con eso... puede que os hayáis separado hace mucho tiempo.
¿Quiere este fragmento volver a casa? Podéis preguntarle. ¿Queréis vosotros que este fragmento regrese a casa? ¿Qué habéis ganado por el hecho de que este aspecto se alejase y qué habéis perdido?
Reconocer esta parte vuestra puede que no sane inmediatamente el trauma que produjo el fragmento, pero es un comienzo. Decid a esta parte vuestra que la amáis y queréis que vuelva a casa. A pesar del modo en que a veces actuáis, en lo más profundo de vosotros amáis a esa parte. Y lo que quizás es más difícil: la necesitáis. Sin ella estáis incompletos y vosotros queréis estar íntegros.
¿Hay algo que necesitéis hacer por esa parte de vosotros mismos -algo que facilitaría su vuelta? Puede decíroslo, si le preguntáis. Tiene muchas cosas que enseñaros, muchas. Antes de hacer volver a esta parte a vuestro ser, preguntad si hay alguien más con ella. Si es así, decidle que ese otro ha de quedar en segundo plano, al menos por ahora. Quizás sea preciso que se despidan.
Llamadle ahora para que vuelva, que regrese a ese lugar en vuestro interior del que se separó. El recuerda. Y cuando haya vuelto, colocad vuestros brazos sobre él, del mismo modo que haríais con un niño, para llenarlo de luz, aportarle sanación y aceptación al volver a reuniros. Mantened esa parte cerca de vosotros... sintiendo vuestra unión. ¿Cómo os sentís al tener esa parte de vosotros otra vez? ¡Es tan importante sentirlo! Es importante no olvidar lo que le hayáis prometido o dicho a esa parte y recordar vivir de acuerdo con ello. Ahora pueden curarse las heridas, pero tenéis que mantener vuestras promesas y honrar a esta parte de vosotros mismos, o puede irse otra vez. Quizás necesitéis hablar con esta parte de vosotros mismos periódicamente. Y si esta parte os ha prometido algo, tenéis que aseguraros de que las promesas se cumplen. A continuación, poned vuestras manos allí donde esa parte de vuestro ser haya vuelto -si hay algo que necesitáis decir a esa parte de vuestro ser, tomaos un momento para hace
rlo ahora. Haced una respiración profunda -confiad en que el proceso continuará, incluso cuando vuestra atención esté en otra parte. Ahora llamad a los Ángeles de la Luz para que apliquen luz a esta área, ayudando así al proceso de integración y sabed que harán lo que sea necesario para vosotros... para vosotros y para el fragmento.
Lentamente, imaginad el rayo de luz de vuestra coronilla retirándose y cerrándose apaciblemente -como los pétalos de un loto. Extraed también la luz de la tierra, pidiendo que el ancla permanezca con vosotros. Lo único que podéis ver ahora es un pequeño punto de luz que va desapareciendo. Llevad vuestras manos al corazón o simplemente sentidlo. Respirad profundamente.
Y cuando estéis listos, abrid poco a poco vuestros ojos y regresad tranquilamente -concediéndoos todo el tiempo que necesitéis para integrar lo que habéis rescatado.
Extracto del Capítulo 13.
Las Revelaciones Sirianas
No dejéis de leer sus dos primeros libros: El Cosmos del Alma: una llamada al despertar de la Humanidad (Arkano Books) y Vuelve la Atlántida: las luchas de la oscuridad y la luz (Editorial Sirio). Para más información sobre sus conferencias, talleres y programas de facilitadores del ADN, podéis escribir a Patricia a la siguiente dirección: patcori@tiscalinet.it www.sirianrevelations.net
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