Hay dos maneras de vivir su vida: una como si nada es un milagro, la otra es como si todo es un milagro.Albert Einstein.
Cuando era joven, Abin-Alsar escuchó una conversación de su padre con un derviche.
- Cuidado con tus obras, dijo el derviche:
- Piensa en lo que las generaciones futuras dirán de ti.
- ¡Y qué!, respondió el padre. Cuando yo me muera, todo estará acabado y no me importa lo que dirán.
Abin-Alsar jamás olvidó esa conversación. Durante toda su vida se esforzó para hacer el bien, ayudar a las personas a ejecutar su trabajo con entusiasmo. Se volvió un hombre conocido por su preocupación por los demás; al morir había dejado un gran número de obras que mejoraron el nivel de vida de su ciudad.
En su tumba mandó grabar el siguiente epitafio:
“Una vida que termina con la muerte, es una vida que no valió la pena”.Tomado de “El Guerrero de la Luz Online”.Una publicación de www.paulocoelho.com.b
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