sábado, 9 de noviembre de 2013

HACIA DÓNDE TENGO QUE IR?...PREGUNTÓ ALICIA...♥


-¿Me podrías indicar, por favor, hacia dónde tengo que ir desde aquí? -preguntó Alicia.
-Eso depende de dónde quieras llegar -contestó el Gato.
-A mi no me importa demasiado a dónde... -empezó a explicar Alicia.
-En ese caso da igual hacia dónde vayas -interrumpió el Gato.
-... siempre que llegue a alguna parte -terminó Alicia a modo de explicación.
-¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte -dijo el Gato- si caminas lo suficiente.
(Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas.)
Nadie puede marcar un camino, ni siquiera el de la salud correcta, el peso ideal, o la alimentación equilibrada, sin saber dónde quiere llegar el paciente. Ningún profesional debería reemplazar los deseos de quien lo consulta por los propios. A lo sumo, debemos ofrecer nuestra visión del asunto si lo que aparece oscuro es, precisamente, el final del recorrido. (También llamado deseo). ¿Y cuándo un destino no está claro? La respuesta es obvia: cuando no lo elegimos nosotros (aunque parezca) y sólo nos limitamos a seguir la orientación de la moda, el peso de la tablas, la dieta de las revistas. Las respuestas a estas cuestiones siempre están en nuestra mente. Es cierto que algunas veces no es fácil encontrarlas, pero lo seguro es que no las tiene nadie, excepto nosotros mismos. El problema del sobrepeso, si es excesivo, es que no permite llegar a ninguna parte. A menos, claro, que ese sea nuestro deseo: quedarnos quietos y lamentarnos, que es la mejor manera de no hacerse cargo. Pero echándole la culpa a los otros, al destino, o a los planetas. Es que, finalmente, tenemos el derecho a elegir cómo pasar el resto de nuestros días.
de BLOG ALTERNATIVO

No hay comentarios:

Publicar un comentario