Siéntate o estírate en un lugar en el que nadie te pueda molestar. Cierra los ojos y relájate. Permite que tu mente aparezcan aquellos pensamientos de odio y aquellos comportamientos poco amorosos que te molestan en ti o en lo demás. Recuerda situaciones concretas en las que te dejaste dominar por el odio.
Dirígete a tu Ángel del Amor con toda la humildad que puedas y pídele su ayuda. Visualiza una luz pura y cálida que invade todo tu ser como una inundación que va anegando todo el odio que hay en ti.
Visualiza cómo esa luz cristalina convierte tu corazón en algo puro y transparente, haciendo que la fuerza del Amor se apodere de ti.
También puedes utilizar este ejercicio para transformar una situación, una relación, o simplemente para ayudar a transformar el mundo.
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